El accidente en moto, un problema de salud pública que si tiene solución

“Un tercio de la población productiva en nuestro país está en alto riesgo de morir en un accidente de tránsito”

Nunca antes había tomado tanta fuerza la lapidaría frase “innovar o morir”, pues la falta de innovación en materia de seguridad vial para motorizados nos está costando nueve muertos diarios en las calles de Colombia.

Mucho se habla del problema de la accidentalidad en moto, el cual ha venido en constante aumento durante los últimos 10 años hasta llegar a ser considerado un problema de salud pública, pero poco o casi nada se dice de las soluciones reales para el mismo, en esencia porque los mismos artífices de las malas políticas públicas que nos llevaron por un proceso de motorización irresponsable pretenden ahora fungir como redentores de la seguridad vial, pensando y actuando de la misma forma que lo hacían cuando crearon el problema.


Una de las principales causas de la accidentalidad de motos, es la ausencia de una metodología de intervención y la falta de un enfoque objetivo para abordar el mismo. En Colombia se sigue usando el obsoleto concepto de “prevenir accidentes”, el cual fue abolido a partir de la creación de la Norma ISO-39001 del Sistema de Gestión de la Seguridad Vial. Ahora no se habla únicamente de prevenir accidentes sino de “prevenir, mitigar, reparar y compensar las muertes y lesiones causadas por los accidentes de tránsito”, enfocándose integralmente en las consecuencias y no simplemente en los eventos y ampliando el rango de acción de las medidas de intervención.

En Colombia existen aproximadamente 22 millones de habitantes trabajando, de los cuales más de siete millones usan una motocicleta como una fuente de ingresos o como medio de transporte para desplazarse a sus lugares de trabajo. Es decir, un tercio de la población productiva en nuestro país está en alto riesgo de morir en un accidente de tránsito. De acuerdo a estudios realizados con más de 60 mil motorizados, por el Centro de Innovación para Motociclistas, estos son algunas de las causas reales de los actuales índices de accidentalidad:

  • Aproximadamente un 40 % de los motorizados tienen multas sin pagar, y algunos acumulan más de 24 millones de pesos en comparendos. Esto significa que no se está cerrando el ciclo de la sanción y los motociclistas cometen todo tipo de violaciones a las normas de tránsito, a sabiendas que no existe autoridad que haga cobro coactivo de las multas.
  • El 79 % de los motorizados auditados no aprueban el nivel mínimo del examen de destrezas y habilidades del Estándar Europeo, y esto no es de sorprender puesto que en nuestro país no se exige ningún examen práctico de conducción para otorgar la licencia.
  • El Decreto único Reglamentario de Trabajo ordena que el empleador debe suministrar sin ningún costo para el trabajador los Elementos de Protección Personal de acuerdo al nivel de riesgo de la actividad que desempeña. Sin embargo, en el caso de los motorizados esto no se está cumpliendo, menos del 1 % de los motociclistas auditados cuentan los mínimos elementos de protección certificados, eliminando cualquier posibilidad de mitigar la gravedad de las lesiones en caso de accidentes.
  • Con referencia a las condiciones técnicas de los vehículos, el reglamento No. 168/ 2013 del Parlamento Europeo, establece el marco normativo para la entrada al mercado de los vehículos de dos ruedas. A la luz de esta normatividad más del 95 % de las motos que se venden en Colombia no cumplen las condiciones mínimas de seguridad para ser vendidas en la Unión Europea, y si a esto le sumamos el mal estado de la malla vial, tenemos un cóctel perfecto para el accidente.

Se ha encontrado un gran problema de autoestima en las flotas de motorizados, donde ellos mismos subvaloran su vida e ignoran intencionalmente las normas de seguridad. Como lo demuestran las pruebas los motorizados no mueren por imprudentes, sino por un conjunto de vulnerabilidades sistemáticas las cuales convergen en el tiempo y en el espacio. Ignorar intencionalmente los avances de la ciencia en materia de seguridad de motociclistas nos ha condenado a vivir las realidades modernas de la movilidad con un parque vehicular y unos motorizados de los años setenta. Según lo anterior, las soluciones son muy sencillas:

  • Cerrar el ciclo de sanciones y reinstaurar la autoridad para hacer cumplir las normas de tránsito.
  • Exigir la aprobación de un examen de conducción práctico para otorgar las licencias.
  • Adoptar la normatividad internacional para el uso y comercialización de las nuevas tecnologías de seguridad de motociclistas, tanto en vehículos (por ejemplo, motos con frenos ABS), como en elementos de protección personal (por ejemplo, prendas con airbag).
  • Dignificar y profesionalizar al motorizado colombiano, pues contrario a la dialéctica popular, las motos no son un problema, son la realidad de la movilidad de nuestra población laboralmente activa y debemos hacer una integración responsable de este vehículo a la sociedad.
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